jueves, 17 de diciembre de 2009

Declaración no declarada.

Fue a los 17 cuando mi historia con ella empezó, eso creo yo, pues antes jamás en mi vida la había visto. Después de varias salidas y varias conversaciones no sé en cual fue que el universo se alineo en mi contra. ¿3 cena? ¿2da película? ¿4ta salida a la disco? ¿5ta llamada? Realmente no sé qué fue lo que paso entre ella y yo, pero estoy seguro que la 4ta salida a la disco no fue el problema, pues ahí sus vocablos carnudos se acercaron a los míos, ambos humedecidos por la pasión, ambos hambrientos y sedientos, ambos sumidos por el deseo de tocarse, el superior con el superior e inferior y el inferior con el superior e inferior, todos con todos. Simplemente un beso perfecto. En ese momento, mis manos acariciaban la cara de ella, como si fuera mi tesoro más preciado, no la querían soltar. Ella, mientras tanto, acariciaba la mía con una delicadeza, como si fuera su hijo, su primogénito.

Después de esa noche, ese paseo, quede sumido en su belleza interna, de hecho siempre estuve histérico por haberme entregado como lo hice a esa mujer. Aunque haberme entregado suena pasado, no lo es, sigo sintiendo que estoy dando demasiado por ella. No la veo como una amiga, ya quisiera que eso fuera posible, ya que ella es para mí lo que el Sol es para la vida, un bien necesario. Desafortunadamente jamás se lo he logrado expresar porque temo la respuesta sea lo que pienso que es, un rotundo NO y que mi mundo caiga para siempre, sin rumbo y sin destino, sin motivo y sin energía, sin Sol para mi vida.

Pero hoy tengo 20 años, a 3 semanas de cumplir 21 años. Es absurdo que tras 4 años siga sintiendo lo que sentí desde el primer momento en que la vi y cada vez que lo hago, es más fuerte aún. Lo que me ha venido sucediendo no lo entiendo. Un amigo en alguna época me dijo que las mujeres son como los buses, cada 10 min pasa uno mejor. Ella para mi es el único bus, es la única que me puede acercar a mi destino, a mi meta. Es la dueña de mis logros más anhelados, es el nodo sinoauricular de mi corazón.

Como me preguntaron alguna vez; ¿Qué momento de su vida le gustaría vivir otra vez? Yo fácilmente diría que esa noche, cuando ella tenía el vestido negro, en la cual nos dejamos llevar por el deseo. La viviría, sin arrepentirme, más veces que lo que hay de granos de arena en los mares. Aunque ella lea esto en algún momento de su vida, me gustaría una respuesta, aunque no se lo estoy escribiendo. Hace un tiempo nos vimos y baile con ella. El paraíso descrito por varias religiones se queda pequeño a lo que viví en ese momento. Fue uno de los sentimientos más grandiosos de mi vida. Desafortunadamente fue un encuentro fugaz, como el no cambio atómico, Amstrong segundos, por ponerle un valor numérico.

Niña, por no llamarte mujer, tú has sufrido, lo sé, he estado ahí, pero como una sombra secando tus lágrimas, desafortunadamente no hay luz, simplemente no me has visto. Cuando veas esto quiero que recuerdes ese momento, fugaz en tu vida, quizás, pero grandioso en la mía. Sigue durmiendo, pero espero que no despiertes demasiado tarde. Por lo menos quiero saber cuándo empezó a caerse lo que quería montar en la ¿3 cena? ¿2da película? ¿4ta salida a la disco? ¿5ta llamada? Ó ¿en qué momento?

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Todo comenzó con una pregunta:

¿Padre dónde está mi mamá?

Hija, creo que ya es hora que sepas lo que paso con tu mamá y porque jamás la has visto. El día en que tu llegaste a este mundo nos toco tomar una decisión, eras tú o era ella. El médico nos dijo que el parto era complicado. Tu madre y yo, tiempo atrás, habíamos discutido la posibilidad, traer una vida más a este mundo fruto de nuestro amor o simplemente vivir los 2 solos por el resto de nuestras vidas, decidimos irnos por la primera opción.

Durante uno de los controles, el médico nos comento lo que te dije anteriormente sobre el parto, de hecho entramos en una crisis emocional. Tu madre estaba contra la espada y la pared, existía la posibilidad que ella o tú no salieran bien del parto o simplemente que las 2 salieran en perfecto estado. Como te has dado cuenta, tu mamá no logro salir del parto y fue porque tras el acuerdo establecido, decidimos traerte al mundo.

Mírate, hoy tienes 14 años. Eres toda una jovencita en flor de vida, un rayo de luz dentro de la oscuridad celestial, eres tu madre y yo. Lo que más me impresiona es que te pareces mucho a ella en tu forma de actuar, aunque no lo creas. Tu madre sabía lo que hacía, yo seguí su decisión como ella habría seguido las mías por más insignificantes que fueran. Hija te amo, te quiero y como te dije, eres luz en la oscuridad. Cada día me recuerdas a ese ser fenomenal, ese ser que se sacrifico por ti y por darte la posibilidad de vivir el mundo que ella vivió.

No te voy a decir que tu mamá está en el cielo o en otro lugar porque sabes que no creo en esos lugares. Sí el cielo existiera sería tu corazón y tu ser, porque ella se encuentra en ti. Eres el vivo reflejo, eres hermosa. Creo hija, que ese es el mejor regalo que tu mamá te pudo haber dado. Yo te cuidare por siempre entre mis brazos, como lo he venido haciendo, regalándote conocimiento y apoyándote en todo lo que quieras, pidas y lo que no solicites.

Esas fueron las palabras, Andrés y Juana, que mi padre me dijo antes de mis 15 años, justo un día antes de su ida y de mi cumpleaños. Hoy después de 24 años les cuento la historia ya que ustedes me preguntaron por sus abuelos. Hoy no solo llevo la vida de mi madre, tu abuela Juana, sino que también llevo el corazón, el riñón y el hígado de tu abuelo, Andrés.